Libro: La Flauta Mágica y la Iniciación

Capítulo 11. Las Pruebas de los Cuatro Elementos

Segundo Acto. Escena 8

Las Pruebas de los Cuatro Elementos. La Flauta Mágica de Mozart. Gnosis

Los hombres ataviados con armaduras negras conducen al príncipe Tamino ante dos grandes montañas, en una se observa una cascada y la otra arroja fuego, en su solemne canto ellos nos guían en el camino que sigue para el verdadero aspirante a la luz.

«Quien recorre esta vía llena de peligros queda purificado por el fuego, el agua, el aire y la tierra; si puede vencer el espanto de la muerte, saltará de la Tierra al cielo. Estará iluminado y será capaz de consagrarse enteramente a los misterios de Isis.»

De manera magistral en la Flauta Mágica se descorre el velo del misterio, mostrándonos el deber, el trabajo a realizar para ser consagrado eternamente en los misterios de nuestra Madre Divina, que entre los egipcios se llama Isis.

Vencer el espanto de la muerte

Indican los de la armadura negra al príncipe Tamino, muy solemnemente, que hay que vencer el espanto de la muerte. Uno pensaría que sólo se trata de tener mucho valor para afrontar las pruebas, pero en realidad el mensaje va mucho más profundo.

Normalmente, uno no está dispuesto a morir psicológicamente, es decir, a reconocer y eliminar sus propios errores. Quien está dispuesto a enfrentarse a sus propios errores es realmente quien no teme a la muerte. Indudablemente se refieren a la primera prueba, la del guardián del umbral, el enfrentarse a sí mismos, el estar dispuestos a morir para todo lo ilusorio y terreno.

Las tres pruebas del guardián del umbral son sólo una parte del trabajo, el aspirante debe después pasar la prueba del salón de fuego, donde se purifican los cuerpos internos y luego vienen las pruebas de los cuatro elementos, tales pruebas son para calificar la moral del candidato. Hasta aquí solo somos simples aspirantes, pues un verdadero discípulo de la blanca hermandad (o conjunto de seres auto realizados), es quien tiene un nivel que ya ha sido calificado en su moral y esto sólo es posible por medio de estas pruebas que han estado presentes en todos los tiempos.

Las cuatro pruebas en Egipto

Nos dice el maestro Jesús en forma muy severa: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos; porque no las rehuellen con sus pies, y vuelvan y os despedacen”, refiriéndose a que debemos tener cierta preparación moral como para recibir los misterios sagrados; tal calificación, ha sido, es y será a través de la purificación que se lleva a cabo a través de las cuatro pruebas que se presentan al aspirante en su misma vida y que antes eran pasadas en el mundo físico, tal como nos lo relata el maestro Samael Aun Weor, en una de sus existencias precisamente en Egipto.

«Yo estuve reencarnado en la tierra sagrada de los faraones durante la dinastía del faraón Kefrén. Conocí a fondo todos los antiguos misterios del Egipto secreto y en verdad os digo que jamás he podido olvidarlos.

En estos precisos momentos vienen a mi memoria acontecimientos maravillosos.

Una tarde cualquiera, no importa cual, caminando lentamente por las arenas del desierto, bajo los ardientes rayos del sol tropical, atravesé silente como un sonámbulo una calle misteriosa de esfinges milenarias ante la mirada exótica de una tribu nómada que desde sus tiendas me observaba. A la sombra venerada de una antiquísima pirámide, hube de acercarme un momento para descansar brevemente y arreglar con paciencia las correas de una de mis sandalias. Después diligente, busqué con ansia la augusta entrada; anhelaba retornar al camino recto.

El guardián como siempre, estaba en el umbral del misterio. Imposible olvidar aquella figura hierática de rostro de bronce y salientes pómulos. Ese hombre era un coloso... En su diestra empuñaba con heroísmo la terrible espada, su continente era todo formidable y no hay duda de que usaba con pleno derecho el mandil masónico.

El interrogatorio fue muy severo: “¿Quién eres?” — Soy un suplicante que vengo ciego en busca de la luz.” ¿Qué deseas? — luz.

(Muy largo seria transcribir aquí dentro del marco de este capítulo, todo el ya consabido examen verbal)

Después en forma que yo califico violenta, se me despojó de todo objeto metálico y hasta de las sandalias y de la túnica.

Lo más interesante fue aquel instante en que aquel hombre hercúleo me tomó por la mano para meterme dentro del santuario; inolvidables fueron aquellos instantes en que la pesada puerta giró sobre sus goznes de acero produciendo ese DO misterioso del viejo Egipto. Lo que sucedió, el encuentro macabro con el “hermano terrible”, las pruebas de fuego, aire, agua y tierra, puede ser encontrado por cualquier iluminado en las memorias de la naturaleza.

En la prueba de fuego hube de controlarme lo mejor que pude, cuando atravesé un salón en llamas; el piso aquel estaba lleno de vigas de acero encendidas al rojo vivo; muy estrecho era el paso entre aquellos tirantes de hierro ardiente, apenas si había espacio para poner los pies; por aquellos tiempos muchos aspirantes perecieron en este esfuerzo. Todavía recuerdo con horror aquella argolla de acero enclavada en la roca; al fondo sólo se veía tenebroso el horroroso precipicio; sin embargo, salí victorioso en la prueba de aire; allí donde otros perecieron, yo triunfé.

Han pasado muchos siglos y todavía no he podido olvidar a pesar del polvo de tantos años, aquellos cocodrilos sagrados del lago; si no hubiera sido por las conjuraciones mágicas, habría sido devorado por esos reptiles como siempre sucedió a muchos aspirantes. Innumerables desdichados fueron triturados y quebrantados por las rocas en la prueba de tierra, mas yo triunfé y vi con indiferencia dos moles que amenazaban mi existencia cerrándose sobre, mí como para reducirme a polvareda cósmica.

Ciertamente ya no soy más que un mísero gusano del lodo de la tierra, pero salí victorioso. Así en verdad fue como retorné al sendero de la revolución de la consciencia después de haber sufrido mucho. Fui recibido en el colegio iniciático, se me vistió solemnemente con la túnica de lino blanco de los sacerdotes de Isis y en el pecho se me colocó la Cruz Tau egipcia.» (Samael Aun Weor. Mi Regreso al Tíbet)

Las pruebas aquí y ahora

Las pruebas de los cuatro elementos, siguen existiendo en la actualidad, tienen el mismo objetivo, ver el estado espiritual del aspirante, pero no es necesario irnos a un bosque o un monasterio, las pruebas son colocadas en la misma vida cotidiana, es por ello que la maestra Helena Petronila Blavatski atinadamente aclara que no se requiere retirarse de la sociedad para iniciarse, que el campo de batalla es la misma vida.

«No creas que, viviendo en selvas sombrías, en orgulloso retiro y apartamiento de los hombres, no creas tú que alimentándote sólo de hierbas y raíces y mitigando la sed con la nieve de la gran Cordillera; no creas tú, devoto, que todo esto pueda conducirte a la meta de la liberación final.» (H.P. Blavatsky. La Voz del Silencio 2)

Para esta senda interior no se requiere abandonar el hogar o la sociedad, todo lo contrario, es aprendiendo a vivir conscientemente en el núcleo familiar, atendiendo cada una de las labores cotidianas, pues en ellas está el camino, por ello es llamado también esta senda como: El sendero del hogar doméstico.

El trabajo esotérico gnóstico es cambiar cada momento que vivimos, transmutando cada instante, debemos aprender a ver los distintos acontecimientos que nos presenta el trabajo, la escuela, el taller, el campo, etc., como una oportunidad maravillosa para el auto conocimiento.

No es huyendo de la vida y de los problemas como entraremos a la senda, sino enfrentándonos a ellos, “agarrando al toro por los cuernos”; la vida intensamente vivida en forma consciente y digna es la misma iniciación.

La mujer, el amor y la gnosis

Tamino en forma decidida pide le sean abiertas las puertas del misterio y le sean puestas las pruebas, pero en ese instante en que va a entrar, se escucha la voz de Pamina, pidiendo se detenga, que la espere. Ella está dispuesta a acompañarlo en las pruebas. Un sacerdote conduce a Pamina a encontrase con Tamino. Los de la armadura le permiten hablar con Pamina.

«Oh, felicidad, ahora ella podrá acompañarme, ahora ningún destino nos separará ya, ¡aunque nos espere la muerte!»

Las pruebas de los Elementos. La Flauta Mágica de Mozart. Gnosis

Es muy claro, la Flauta Mágica nos indica que tanto el varón como la mujer tienen las mismas posibilidades de transitar en el camino de la iniciación, pues lo que se requiere es el reunir las cualidades espirituales para ello, una mujer que lucha contra el fanatismo (la noche) y está dispuesta a desintegrar sus defectos (la muerte), claro que puede ingresar al sendero y por ello todos cantan:

«Una mujer que no teme ni a la noche ni a la muerte es digna de ser iniciada.»

«1- La mujer tiene los mismos derechos del hombre. 2- La mujer también llega a ser Adepto de la Fraternidad Blanca. 3- Juana de Arco es una Maestra de Misterios Mayores de la Fraternidad Blanca. 4- H.P. Blavatsky, autora de "La Doctrina Secreta", llegó al adeptado, y es una Maestra de Misterios Mayores de la Fraternidad Blanca. 5- En casi todos los templos de Misterios, encontramos muchas Damas-Adeptos, trabajando por la humanidad.» (Samael Aun Weor. Rosa Ígnea)

La mujer no debe subestimarse de ninguna forma, puede lograr los mismos niveles espirituales como el varón. Tiene es su naturaleza íntima atributos muy especiales.

«La mujer es el pensamiento más bello del creador, hecho carne, sangre y vida.» (Samael Aun Weor)

Se reencuentran, embargados de felicidad. Tamino le indica que ahí están las puertas del espanto, que la iniciación es un camino difícil, que no es para cualquiera, que le esperan muchas pruebas. Nos dice el maestro Samael: “El Iniciado debe vivir siempre heroico, y siempre victorioso, como los héroes de Rabelais, nada de debilidades”.

Pamina da la clave más extraordinaria, indicando que es la fuerza del amor, que lo puede todo, que vence todo, que lo penetra todo.

«En todas partes estaré a tu lado. Yo misma te guiaré, el amor me conducirá (le toma de la mano) Él sembrará de rosas el camino, pues rosas y espinas van unidas. Y si tú tocas tu flauta mágica, ella nos protegerá en el camino. En una hora mágica mi padre la talló de lo más hondo de una encina milenaria, entre truenos y relámpagos, tempestades y huracanes. Ven y toca la flauta, nos guiará por el camino de espanto.»

Es la fuerza maravillosa del amor, la que puede auxiliarnos a vencer cualquier obstáculo, las espinas de los problemas y obstáculos se encuentran en todas las actividades humanas, pero el amor nos permite ver las rosas, nos permite comprender la majestuosidad que hay en todo lo existente.

Pero deberemos unir el amor a la sabiduría, pues son las dos columnas torales de la Logia Blanca. La gnosis, el conocimiento, la sabiduría está representado en la misma Flauta Mágica, pues si la tocamos, es decir, si vivimos la enseñanza intensamente en cada momento, es posible trascender todo lo que nos presente la vida.

La flauta mágica fue tallada por el padre de Pamina, es decir el Padre que está en Secreto, pues la gnosis es la sabiduría del Ser, del espíritu, de esa partícula de la divinidad que está dentro de nosotros. La talla de lo más profundo de una encina milenaria o del árbol de la vida, que representa las distintas partes del ser, entre truenos, relámpagos, tempestades y huracanes, pues es el resultado del incesante crepitar de las experiencias, no es el resultado de teorías vanas y huecas.

Pamina nos invita a tocar la flauta, a poner en práctica la gnosis milenaria, señalándonos que, con la gnosis y el amor, no existirá nada ni nadie que nos pueda detener. El trabajo intenso sobre sí mismos, permitiría desarrollar las cualidades necesarias para afrontar las pruebas, tales virtudes se representan en variadas simbologías en las distintas culturas del mundo y tienen relación con los cuatro elementos.

Cualidades de la Esfinge:

La esfinge milenaria nos muestra los cuatro elementos fundamentales de la naturaleza, el fuego en las garras de león, el aire en las alas de águila, la tierra en las ancas del toro y el agua en el rostro humano. Los mismos cuatro elementos de los evangelistas, ya que a Lucas siempre se le representa con un toro, a Marcos con un león, a Mateo con un ángel y a Juan con un águila.

En la esfinge milenaria se encuentran señaladas las cualidades que se requieren para pasar las pruebas de los cuatro elementos, debemos convertirnos en una esfinge, debemos adquirir estas cualidades representadas en cada uno de los elementos que la conforman.

«El hombre debe tener las cuatro características de la esfinge: Las garras del león –coraje y nobleza–. La tenacidad del buey –representada por las patas del buey–. Las alas del águila –éstas son las alas del espíritu y la inteligencia del hombre –representada por la cabeza de la esfinge–.

El hombre debe ser sereno ante los peores enemigos. El hombre debe ser tenaz en sus propósitos, y no desmayar ante los obstáculos e inconvenientes que se le presenten. El hombre debe tener la majestad del águila para no sucumbir ante los peores fracasos. El hombre debe desarrollar su inteligencia para saber adaptarse a todas las circunstancias de la vida sin dificultad ninguna.

Y cuando ya el hombre ha desarrollado las cuatro características de la esfinge, entonces está preparado para pasar las cuatro pruebas de tierra, fuego, agua y aire. Por medio de estas cuatro pruebas se examina la moral del discípulo. Éste es, pues, un examen simbólico, que corresponde exactamente a la moral del discípulo.

El que no haya desarrollado la serenidad no podrá pasar la prueba de fuego. El que sucumbe ante un fracaso económico no podrá pasar la prueba del aire. El que no haya desarrollado el altruismo ni la adaptabilidad a la vida, no podrá pasar la prueba de agua. El que no ha aprendido a ser tenaz tampoco podrá pasar la prueba de tierra.

La esfinge es el mismo hombre. El hombre debe tener las alas del águila, la inteligencia del hombre, las garras del león y la tenacidad del buey. Esas cuatro características de la esfinge le permiten al hombre pasar las cuatro pruebas de tierra, fuego, agua y aire.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto de Kínder)

La prueba del fuego

Tomados de la mano, Pamina y el príncipe Tamino valerosamente, se dirigen a la montaña que arroga fuego, atraviesan las llamas amenazantes, pero al tocar la flauta mágica estas no les causan daño alguno.

Si analizamos el elemento fuego, nos enseña que debemos ser enérgicos, fuertes espiritualmente hablando, sin debilidades, pero no coléricos. En la prueba del fuego, lo que se busca es que el aspirante haya adquirido serenidad y posea dulzura de carácter en las distintas circunstancias de nuestra vida cotidiana, cosa por cierto imposible mientras existan en nosotros los innumerables defectos psicológicos de la ira.

La prueba del fuego. La Flauta Mágica de Mozart. Gnosis

Basta detenerse un poco a observar un día cualquiera de nuestra existencia y darse cuenta que son bastantes las ocasiones en que fracasamos una y otra vez, esta prueba. Se nos hace tarde para entrar al trabajo o a la escuela y estallamos en impaciencia, nos enojamos contra todo el mundo; de repente no se hace lo que uno había ya planeado, las cosas no resultan como uno quería, llenos de frustración rasgamos nuestras vestiduras enojados; el tráfico, la vida tan estresante que llevamos, los compromisos sociales, familiares y de trabajo, sólo son unas cuentas cosas que, por no saber vivir conscientemente, nos impiden trascender esta prueba.

Está correcto que actuemos en ocasiones con severidad, pero eso es muy distinto a la crueldad, cosa muy frecuente en el trato que tenemos no sólo con los animales, sino con nuestros hijos y ahora lamentablemente es triste decirlo, pero en esta época también se ha extendido hacia nuestros padres.

Cuando en el mundo de los sueños o mundo astral, uno se ve perseguido, injuriado y sacrificado al máximo y reaccionamos coléricos, es porque en el mundo físico no hemos adquirido todavía las garras de león que simbolizan la fuerza espiritual y la nobleza. Por lo que habrá que estar más alertas y trabajar en la identificación y comprensión en los yoes de la ira.

«El que no sabe ser sereno, no puede pasar la prueba de fuego, pues el discípulo durante esa prueba, se ve perseguido, injuriado y sacrificado hasta el máximo. Y es lógico que, si el discípulo se deja llevar de la ira, reaccionará en forma violenta contra sus enemigos, y el resultado de ello será el fracaso de la prueba. Y además que, sin haber desarrollado la serenidad, tendrá inevitablemente que horrorizarse ante el fuego. Por lo tanto, es necesario haber aprendido a sobreponerse ante la cólera. El colérico no puede pasar la prueba de fuego.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto de Kínder)

La prueba del aire

Al meditar en las características del elemento aire y las equiparamos con las cualidades que deberíamos tener, descubrimos que, así como el aire viaja de un lugar a otro, sin apegarse a ninguno, así el ser humano debe vivir en contacto con los bienes materiales y acorde con ellos, pero sin el apego grosero al que solemos estar acostumbrados.

Las cosas materiales son necesarias, y debemos trabajar para obtenerlas, se necesita del pan, abrigo y refugio. Todo ser humano necesita de una casa para vivir, y tiene derecho a ella, y si ésta tiene, aunque sea un jardín, pues tanto mejor. Pero esto es muy diferente al apego que solemos desarrollar por las cosas materiales, apenas se raya un poquito nuestro automóvil y sufrimos horriblemente, aquella prenda de vestir favorita, está bien que andemos a gusto con ella y que la cuidemos, pero lo que no está bien es que, si le llega a pasar algo nos sintamos mal por ello.

El amor es la fuerza más poderosa del universo y ésta es indispensable para lograr un cambio verdadero, jamás podríamos ponernos en contra del amor, eso sería un desatino grandísimo, debemos aprender a amar a nuestra pareja, sin reservas, íntegramente, llegar hasta la adoración misma; hay que amar y venerar a nuestros padres, hay que dar la vida misma por los hijos; pero cosa muy distinta es el apego. En el apego hay egoísmo, vanidad, miedo y orgullo. En realidad, mientras exista apego, no podrá manifestarse el amor verdadero.

Así que cuando en la vida se nos presenta la pérdida de algo o alguien y uno se desespera, es obvio que todavía no ha adquirido las alas de águila o del espíritu que tiene la esfinge. Y cuando en el mundo astral o de los sueños, se vea uno caer en un abismo sin fondo, fracasará en esta prueba.

«El que llegue a temer al abismo no podrá pasar la prueba de aire. Es lógico que un individuo que todavía se deja llevar de la desesperación ante un fracaso económico o de cualquier otra Naturaleza, fracasará ante la prueba de aire, temblará de horror, al verse lanzado al fondo de un abismo.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto de Kínder)

La prueba de la tierra

El elemento tierra: las rocas nos muestran firmeza, estabilidad, en la esfinge está representando por las ancas del toro o la tenacidad, tan necesaria para aprender a sacar partido de las adversidades de la vida.

Uno piensa perezosamente en una vida sin problemas, quisiera un mundo ideal acomodado a su fantasía para trabajar en sí mismo. Pensamos, por ejemplo, que ayudaríamos a la humanidad si tuviéramos mucho dinero; o quizás que, si estuviéramos jubilados entonces nos dedicaríamos por completo a la gnosis.

Ilusiones de la mente, justificaciones para no trabajar; la vida es un gimnasio psicológico en donde podemos auto conocernos; necesitamos aprender a ver lo bueno en lo malo y lo malo en lo bueno.

El gran Kabir Jesús nos muestra ese camino, cuando con sus discípulos se encuentran con un perro en descomposición, y a diferencia de sus apóstoles que reniegan de la situación, el gran maestro es capaz de ver y admirarse de la blancura de los dientes, entre todo lo corrompido.

Cada momento de la vida es una maravillosa oportunidad para el trabajo, y entre más difícil y complicada parezca, si uno está alerta podrá aprovecharla para corregirse pues podríamos descubrir los defectos más insospechados y, si los comprendemos a fondo, los podríamos eliminar y así avanzar en el camino.

Cuando uno ha creado las ancas del toro de la esfinge, es decir, ha desarrollado la tenacidad, entonces podría colocarse la prueba de la tierra en el mundo de los sueños o quinta dimensión, y veríamos dos montañas desgajándose, amenazando con triturarnos, si uno se desespera, tiene miedo, llora, etc., fracasará en la prueba e indicará que no hemos aprendido a sacer partido de las diferentes adversidades de la vida.

«Y aquel que no haya aprendido a ser tenaz y a sacar provecho de los peores inconvenientes temblará de horror cuando vea dos montañas gigantescas que se cierran sobre sí, para aplastarlo.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto de Kínder)

La prueba del agua

La prueba del agua. La Flauta Mágica de Mozart. Gnosis

Pamina y Tamino, se preparan para ingresar a la montaña que tiene una cascada de agua, con infinita fe y completamente decididos, llenos de emoción dirigiéndose a la flauta mágica, dicen: «Hemos atravesado las llamas ardientes, hemos afrontado con valor el peligro. Que tu música nos proteja en el agua, como nos ha protegido en el fuego.»

Así como el agua, el precioso liquido de la vida, se adapta al recipiente que la contiene, los seres humanos deberíamos aprender a adaptarnos a las diferentes circunstancias que nos ofrece la vida. Es indispensable formar la cabeza de la esfinge, símbolo de la inteligencia, para que tengamos esa capacidad de adaptarnos a vivir en todas las circunstancias de la existencia, saber vivir en el campo o en la ciudad, en la pobreza o en la riqueza, en lo complicado y en lo sencillo.

Muchas personas que nada saben de esoterismo, pero que han aprendido a vivir sin lamentarse de la vida, y que ante las diferentes situaciones que atraviesan, en lugar de quejarse se adaptan como lo hace el agua, están más cerca de la iniciación que un ratón de biblioteca que devora libros de esoterismo, pero que en la vida no aplicamos nada.

Quienes han adquirido la cabeza humana de la esfinge, es decir, tienen la inteligencia necesaria para aprender a vivir en cualquier evento de la vida sin estarse quejando del gobierno, de los padres, de la vida, de los hijos, del dinero, etc., es entonces que en el mundo astral o de los sueños se le pone la prueba, la cual consiste en verse en medio de un mar, sin ninguna posibilidad de salvarse, si uno sucumbe y deja de luchar quiere decir que aún le falta mucho por aprender a vivir.

«Aquel que no haya aprendido a ser altruista ni adaptarse ante las difíciles circunstancias de la existencia, se llenará de horror ante el peligro de perecer ahogado durante la prueba de agua.» (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto de Kínder)

Pamina y Tamino atraviesan el agua, y al tocar la flauta mágica, las aguas no les hacen daño, descienden para ascender de nuevo y salir triunfantes de la prueba.

En esta parte nos insisten en que si vivimos la gnosis (la música de la flauta mágica) en cada momento de la existencia, si aplicamos sus postulados en el diario vivir, tendremos esa sabiduría necesaria para adaptarnos a las distintas circunstancias de la vida.

Pero también el descenso en el agua y su ascenso después, nos indican que, para subir, primero hay que bajar, que, para toda exaltación, debe existir primero una humillación, que hay que aprender a descender para poder ascender.

El Chela o Lanú

Cuando Pamina y Tamino pasan las pruebas, entonces aparece la entrada a un templo que brilla iluminado, y muy emocionados dicen:

«¡Dioses! ¡Qué instante! ¡Se nos ha otorgado la felicidad de Isis!». Desde el fondo del templo, se les da la bienvenida, los sacerdotes cantan en coro: «¡Triunfo! ¡Triunfo! ¡Noble Pareja! Has vencido el peligro, tuya es la consagración de Isis, ¡venid, entrad en el templo!»

Quien logra pasar estas cuatro pruebas, es entonces que es aceptado como un discípulo de la Logia Blanca, llamado entre los tibetanos como “Chela”, que se traduce como niño o principiante de esoterismo y, en sanscrito “Lanu”.

Realmente algo muy similar a lo que se muestra en la Flauta Mágica, sucede al estudiante gnóstico que pasa estas cuatro pruebas, después de cada una de ellas es recibido en un salón de niños o iniciados, para festejar que ha pasado la prueba, con música inefable y flores.

Al finalizar las cuatro pruebas, el aspirante es aceptado como un discípulo de la blanca hermandad y se le entrega una capa en el mundo astral y una joya con el rayo al que pertenece, la capa lo distingue en todo el universo como alguien que ya es capaz de recibir una enseñanza sin pisotearla, y entonces cualquier maestro o ángel podría darle enseñanzas trascendentales.

Claro, le espera un larguísimo camino, pero verdaderamente se puede decir que ha comenzado.