Avitchi

Rey Minos. Gustavo Dore

Vale la pena estudiar todas las religiones. El estudio comparativo de las religiones lo lleva a uno a comprender que todas las religiones conservan los valores eternos, que ninguna religión es falsa, que todas son verdaderas.

Todas las Religiones hablan del alma, del cielo, del infierno, etc. Los principios son siempre los mismos.

Entre los romanos, el infierno era el Averno; entre los griegos era el Tartarus y entre los indostaníes el Avitchi, etc. El cielo, entre los romanos y griegos, era el Olimpo. Cada religión tiene su cielo.

Debemos liberarnos de toda clase de preconceptos y deseos. Debemos movernos únicamente bajo los impulsos del Íntimo. La codicia, la ira, la lujuria, tienen su guarida en la mente. La codicia, la ira, la lujuria, conducen a las almas al Avitchi.

Samael Aun Weor. Revolución de la dialéctica.

AVITCHI (Reino Mineral)

La región infernal del Avitchi está dentro de las capas minerales de la tierra. El Avitchi está por debajo de los límites de la percepción sensorial externa.

El Avitchi corresponde a las más densas regiones minerales. El Avitchi no podría jamás ser descubierto con los sentidos físicos, porque pertenece a las regiones de la Ultra. El Avitchi tiene 7 regiones terriblemente densas.

El Avitchi está simbolizado por los infiernos de las grandes religiones. Infierno viene de infernus, región inferior. Infiernos atómicos de la naturaleza, éstos son los mundos sumergidos situados dentro del interior de la Tierra.

Cuando un ser humano se ha vuelto demasiado materialista, demasiado perverso, entonces, después del juicio, entra en el Avitchi. El «Libro Tibetano de los Muertos» dice: "Al caer ahí tendrás que sufrir padecimientos insoportables, y donde no hay tiempo cierto de escapar".

Aquellos que en cada reencarnación se volvieron más y más densos y malvados, terminan por entrar en el reino que les es afín.

Este es el reino de las rocas, donde viven los restos fósiles petrificados de los que fueron criaturas vivas, estas son las gentes de corazón de piedra, corazón de pedernal, etc.

Estas gentes ya no responden a ningún tipo de castigo, y cada vez que se reencarnan lo único que hacen es trabajar en el mal y para el mal. Aman el mal por amor al mismo mal, por la persistencia en el crimen, por su exagerado materialismo, se han hecho, en alguna forma, minerales, han entrado en el reino mineral dispuestos a correr la misma suerte del mineral.

Este es el crisol de fundición cuyo propósito es liberar una fracción del principio causal, la materia prima, el producto psíquico, especie de embrión de Alma encerrado dentro del FANTASMA DIABÓLICO MINERALIZADO.

En el Avitchi involucionan, en el tiempo, los perdidos; del estado humano pasan, involucionando, hasta el estado animal, regresan luego al reino vegetal, y por último al mineral. Después, se desintegran se reducen a polvareda cósmica.

Cuando estos tenebrosos se desintegran, algo se escapa hacia adentro y hacia arriba; ese que se escapa es el embrión para el Alma, la materia prima que regresa al mundo del Espíritu. Recordemos la visión de ER, que dice así: "Y dijo que todas, conforme llegaban, se volvían con alegría hacia la pradera y acampaban ahí como en una congregación... y así discutían entre ellas -algunas gimiendo y llorando, cuando recordaban todas las cosas terribles que habían sufrido y visto en su viaje debajo de la tierra- decían que su viaje había sido de mil años..." (pues de acuerdo con el número de errores que cada hombre había cometido y el número de aquellos a quienes había hecho daño, sufría un castigo por todo, sucesivamente, diez veces por cada uno). "Ahora bien, cada cien años pagaban, pues cien años se cuentan como la vida de un hombre, y así sucedía que el precio del obrar mal se pagaba diez veces".

Samael Aun Weor. Libro de los muertos.

Incuestionablemente, aquellos que fracasan durante su ciclo de manifestación, aquellos que no logran la Auto-Realización dentro del número de existencias asignadas, es obvio que descienden dentro del Reino Mineral Sumergido, al Avitchi Indostán, al Tartarus Griego, al Averno Romano.

Resulta palmario y evidente que la Involución dentro de las entrañas del planeta en que vivimos, es terriblemente dolorosa.

Recapitular procesos animalescos, vegetaloides y mineraloides en vía francamente degenerativa, no es ciertamente muy agradable.

Samael Aun Weor. Sí hay infierno, sí hay diablo, sí hay karma.

12- La muerte segunda es una muerte anímica; la personalidad Tántrica del fornicario, se separa de la divina TRÍADA y se sumerge en un estado de conciencia demoníaca y en mundos atómicos sumergidos, conocidos en oriente con el nombre de AVITCHI...

13- Esas personalidades tántricas se van entonces desintegrando poco a poco, separadas de su YO superior.

14- "Y mataré a sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño los riñones y los corazones: y daré a cada uno de vosotros según sus obras".

15- En el abismo morirán los profetas de los Baales que comen en la mesa de Jezabel.

39- Todo lo que hemos dicho sobre el AVITCHI en este capítulo, lo podemos sintetizar con los siguientes versículos bíblicos:

40- "El que siembra la buena simiente es el Hijo del Hombre.

"Y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

"Y el enemigo que la sembró es el diablo; y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

"De manera que como es cogida la cizaña, y quemada al fuego, así será en el fin de este siglo.

"Enviará el Hijo del Hombre sus ángeles, y cogerán de mi reino todos los escándalos, y los que hacen iniquidad.

"Y los echarán en el horno de fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.

"Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre: el que tiene oídos para oír, oiga". (Vers. 37 a 43. Cap. 13. S. Mateo.

Samael Aun Weor. Rosa ígnea.


Imagen: Gutave Doré. Rey Minos. Canto V Divina Comedia

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