CAPITULO VI

Es necesario preguntarnos los tres aspectos y luego saltar a todo instante, para así no fascinarnos de las cosas y saber si estamos en el cuerpo físico o en el cuerpo de los sueños, pues sucede que todo lo que hacemos durante el día, se repite durante la noche cuando soñamos, y al saltar en cuerpo físico no sucede nada irregular, pero sí cuando lo hagamos en el cuerpo de los sueños: al saltar en cuerpo de los sueños o astral quedamos levitando en el espacio y entonces así vamos comprobando que además del cuerpo físico tenemos el cuerpo de los sueños, astral o del alma, con el cual al tener seguridad de nuestra existencia, podemos averiguar todo lo espiritual comprobablemente.

Si hay problema en hacer el saltito, por la mirada de las personas que desconocen la Enseñanza, hay otra manera más disimulada de comprobar nuestro estado.

La otra forma como debe la persona de practicar es halándose un dedo con la intención de estirarlo. Es obvio, que si no se estira al intentarlo, es porque estamos en cuerpo físico, pero al acostumbrarnos a practicar constantemente, cada vez que haya algo raro ante nuestros ojos, debemos de comprobarlo halándonos un dedo.

Cuando estemos en astral y lo hagamos también, ya que todo se repite en el mundo de los sueños, veremos como se estirará nuestro dedo ante nuestro asombro, lograremos comprobar que estamos en cuerpo astral.

Cuando el estudiante comprueba que está fuera de su cuerpo físico, se encuentra en capacidad de conocer en su plenitud los misterios de la vida y de la muerte.

Puede tener contactos directos con los Venerables Maestros de la Logia Blanca, los cuales le darán las llaves de todos los conocimientos secretos de la humanidad y de hecho será un habitante del cosmos infinito.

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