Libro: El Pentagrama Esotérico en la Gnosis

Capítulo 5. La Magia del Cinco

La magia del número cinco la encontramos también en las cinco llagas del maestro Jesús.
San Francisco Acatepec, Puebla.

La magia del número cinco la encontramos también en las cinco llagas del maestro Jesús. San Francisco Acatepec, Puebla.

Para ahondar en el Pentagrama Esotérico es necesario estudiar a fondo el simbolismo del arcano cinco del tarot egipcio, llamado: “El Jerarca”. Este arcano está representado por un hierofante (el que enseña cosas sagradas); por lo tanto, es también la enseñanza y el aprendizaje.

Arcano 5 del Tarot egipcio “El Jerarca”

Arcano 5 del Tarot egipcio “El Jerarca”

Al ser el cinco el conocimiento, nos dice que el Pentagrama tiene toda la sabiduría de la gnosis encerrado en cada uno de sus símbolos sagrados. “El pentagrama, llamado en las escuelas gnósticas la estrella flamígera, es el signo de la omnipotencia y de la autocracia intelectual. Es la estrella de los magos; es el signo del Verbo hecho carne”. (Eliphas Levi. Dogma y Ritual de Alta Magia).

Dentro de las enseñanzas contenidas en el número cinco se encuentran la ley de causa y efecto conocida como karma y también el Pentagrama Esotérico; símbolo del ser humano auto realizado.

Esta combinación entre el karma y el Pentagrama nos deja una enseñanza muy clara: para transitar por el camino de la auto realización íntima del Ser, sólo esto es posible cumpliendo la ley divina; dejando de mentir, robar, delinquir, insultar, envidiar, etc.

Los Cinco Elementos

Los 5 elementos en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún. Agua, tierra, aire, fuego (en la luz solar) y éter (como raíz de todo).

Los 5 elementos en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún. Agua, tierra, aire, fuego (en la luz solar) y éter (como raíz de todo).

La Pentalfa simboliza el dominio de los cinco elementos que componen la naturaleza, y son los siguientes: la tierra, el agua, el aire, el fuego y el éter. Cada uno de los cinco elementos tiene un tatwa (esencia, alma o vibración del elemento), un elemental (criatura inocente), un defecto o defectos a desintegrar y una virtud o virtudes a conquistar.

En realidad, son siete los elementos de acuerdo con la Ley del Siete (Heptaparaparshinok), pero cinco son los que debemos conquistar con nuestro trabajo espiritual; los otros dos elementos que domina el iniciado son: la luz astral y la mente cósmica; el Pentagrama representa el dominio de los cinco primeros.

La estrella flamígera simboliza el Verbo divino hecho carne, es decir, que lo divino se manifieste en el ser humano y el Ser se encarne. Sin embargo, para que esto suceda, primero es necesario dominarnos a nosotros mismos; tener completo control sobre los cinco elementos internos.

Tatwa

Cada elemento de la naturaleza tiene una esencia, vibración o alma que lo hace existir. De hecho, al condensarse, tal vibración forma a los elementos que conocemos; a tal energía, fuerza o vibración se le llama en el mundo oriental: tatwa.

El tatwa (o esencia) del elemento tierra se llama “Pritvi”, el del agua “Apas”, el del aire “Vayu”, el del fuego “Tejas” y el del éter o quinto elemento es el “Akash”.

Elementales

En este árbol centenario de la Zona Arqueológica de Cempoala viven decenas de elementales de la naturaleza.

En este árbol centenario de la Zona Arqueológica de Cempoala viven decenas de elementales de la naturaleza.

Cada elemento tiene sus criaturas elementales, conocidas en el pasado como duendes, hadas, gente musgosa, alushes (mayas), silvestres (Paracelso), tlaloques (mexicas), etc.

La tierra contiene a los elementales llamados gnomos y pigmeos, de los cuales hay tres tipos: los atómicos, de los cuales podemos encontrar miles de ellos en una roca; los que miden aproximadamente 10 a 15 centímetros, y son quienes tratan de imitar al ser humano en su forma de vestir y suelen avisar de peligros, por ejemplo, en las carreteras; y los del tercer tipo que son los más evolucionados, ya que son los que crean los metales en el interior de la tierra; llamados gnomos alquimistas.

La forma de estas criaturas inocentes es la de ancianos pequeñitos con su luenga barba. En nuestros músculos y huesos se encuentran centenares de gnomos y pigmeos atómicos, y se hallan en desorden debido a nuestra pereza, negligencia, concupiscencia y gula.

Sólo desarrollando en nosotros la paciencia y la templanza podrán esos elementales ponerse en armonía en nuestro interior; ya podemos comprender mejor por qué el Pentagrama Esotérico nos habla del dominio de los cinco elementos y sus elementales.

«Los gnomos de la tierra, los pigmeos, parecen ancianos con su luenga barba blanca y continente ceremonioso. Ellos viven normalmente en las minas de la tierra o cuidan los tesoros que por ahí subyacen escondidos». (Samael Aun Weor. Mirando al Misterio).

El agua contiene a los elementales denominados: las ondinas y nereidas; citadas desde tiempos antiguos como las sirenas; aclarando que se toman como un símbolo de tentación sexual, como las que Ulises tuvo que vencer al resistir su canto amarrándose al mástil de su barco; por otro lado, son la representación de las criaturas inocentes de las aguas.

Tláloc, regente de las ondinas y nereidas. (Figura de cerámica).

Tláloc, regente de las ondinas y nereidas. (Figura de cerámica).

Viven en los ríos, mares, océanos y nubes. Por supuesto que también existen en el interior de cada ser humano; en forma atómica, en el agua que contiene nuestro cuerpo y en el “agua pura de vida”, que son nuestras energías creadoras.

Actualmente, la humanidad entera tiene en desorden esos elementales atómicos, como se puede intuir, por lo que narran las leyendas y cuentos, y por las pasiones humanas; podemos imaginarnos grandes tempestades en nuestro interior, debido al estado en que nos encontramos.

Sólo logrando un control absoluto de la pasión animal, prodigio posible eliminando los distintos defectos psicológicos de la lujuria, será posible que exista un orden absoluto de estos elementales.

«Los elementales del agua tienen diversas formas; algunas parecen como damas inefables, felices entre las olas del inmenso mar, otras tienen formas de sirenas-peces, con cabeza de mujer, y por último hay ondinas que juegan con las nubes o moran en los lagos y ríos que se precipitan entre sus lechos de rocas». (Samael Aun Weor. Mirando al Misterio).

El aire contiene a los elementales denominados como silfos y sílfides. Los silfos son de naturaleza masculina y las sílfides femeninas; suelen jugar con el viento y son traviesos; cuando el viento arrastra un papel importante y parece que lo alcanzamos y en ese instante el aire se lo lleva, podrían ser los silfos jugando con nosotros.

El dios del viento Ehecatl, regente de los silfos y sílfides. Dibujo: Rubén Soto Orozco.

El dios del viento Ehecatl, regente de los silfos y sílfides. Dibujo: Rubén Soto Orozco.

Dentro del ser humano se encuentran en nuestros aires vitales, y atómicamente están en desorden debido a los pensamientos lascivos y groseros. Cuando no podemos concentrarnos en nuestra meditación, los silfos y sílfides de nuestro universo interior están en completo desorden y desarmonía.

Cuando logramos dominar nuestra mente, cuando logramos ser prontos y activos, como los silfos y sílfides, entonces quedan bajo nuestro dominio; y aparece la concentración, la atención consciente, etc.

«Las criaturas del aire parecen niños pequeños muy hermosos con rostros sonrosados como la aurora». (Samael Aun Weor. Mirando al Misterio).

El fuego contiene las salamandras, y dentro del cuerpo se encuentran atómicamente en la sangre. La ira es el defecto que mantiene en desorden a estos elementales, y mientras seamos corajudos, impacientes, intolerantes, etc., seremos juguete de estas criaturas de la naturaleza. Sólo quien logra tener serenidad y dulzura de carácter ante las más adversas circunstancias, es quien logra tener dominio sobre los elementales del fuego.

Huehueteotl, regente de las salamandras. (Figura de Cerámica).

Huehueteotl, regente de las salamandras. (Figura de Cerámica).

«Las criaturas del fuego, son delgadas y secas muy semejantes al chapulín o grillo, aunque de tamaño mucho más grande». (Samael Aun Weor. Mirando al Misterio).

El éter es el quinto elemento de la naturaleza, y suele verse de color azul en las montañas al verlas de lejos. Científicamente todavía no es un elemento aceptado, debido a que no tenemos los instrumentos precisos para comprobarlo. Dentro de este quinto elemento se encuentran las punctas y bárbelos, que parecen medias lunas de color plateado. Mientras seamos bribones de la mente, será imposible su dominio; sólo acallando ese intelectualismo bruto, y abriendo la voz de nuestro corazón, es como sería posible el dominio de esta parte de la naturaleza.

Jesús logró caminar sobre las aguas; Moisés abrió el Mar Rojo para que pasara el pueblo elegido; Milarepa, el sabio tibetano, flotaba sobre los aires a la par que San Francisco de Asís levitaba sobre los árboles; el Swami Tilinga de Benarés (India) acostumbraba a vivir seis meses del año debajo de las aguas del Ganges; y en el Libro de Daniel podemos leer del caso de tres jóvenes que ingresaron a un horno ardiendo y salieron incólumes.

Todos estos prodigios, en donde se muestra el dominio sobre los elementos de la naturaleza, símbolo del Pentagrama Esotérico, sólo son posibles cuando un maestro o iniciado es capaz de dominarse a sí mismo, ya que, si uno domina su naturaleza interior, entonces es capaz de dominar la naturaleza exterior.

Al dominar los elementos atómicos, como consecuencia se domina los elementos de la naturaleza; ese es el Pentagrama Esotérico: el dominio de los cinco elementos.

Guerrero de aspecto fiero (valor para luchar contra sus defectos) con yelmo de tigre (la sabiduría). Zona Arqueológica de Cempoala, México.

Guerrero de aspecto fiero (valor para luchar contra sus defectos) con yelmo de tigre (la sabiduría). Zona Arqueológica de Cempoala, México.

«Para dominar y servirse de los elementales de la naturaleza, en forma completa y definitiva, es indispensable eliminar previamente al Ego animal».

«Nunca una persona ligera y caprichosa gobernará a los silfos de la naturaleza; jamás un sujeto blando, frío y voluble, será amo absoluto de las ondinas de las aguas o de las nereidas de los mares; la ira irrita a las salamandras del fuego y la concupiscencia grosera convierte de hecho en juguete de los gnomos o pigmeos del reino mineral a quienes quieren servirse de ellos».

«Es preciso ser prontos y activos como los silfos; flexibles y atentos a las imágenes como las ondinas y nereidas; enérgicos y fuertes como las salamandras; laboriosos y pacientes como los gnomos. En una palabra, es urgente, indispensable vencer a los elementales en su fuerza sin dejarse nunca dominar por sus debilidades. Recordad que nuestro lema divisa es Thelema (voluntad)».

«Cuando el mago haya muerto totalmente en sí mismo la naturaleza entera le obedecerá». «Pasará durante la tempestad sin que la lluvia toque a su cabeza; el viento no desarreglará a un solo pliegue de su traje».

«Cruzará el fuego sin quemarse; caminará sobre las aguas tormentosas sin hundirse, podrá ver con entera claridad a todas las riquezas que se esconden en el seno de la Tierra».

«Recordemos las palabras del gran Kabir Jesús: "Los milagros que yo he hecho los podréis hacer vosotros, y aún más..."» (Samael Aun Weor. La Doctrina Secreta de Anáhuac).

La esfinge griega y egipcia

Uno de los símbolos que nos muestran el dominio de los elementos, además del Pentagrama Esotérico, es la esfinge griega y egipcia, ya que está compuesta de varias partes de animales que representan los elementos a dominar.

Gobernante maya con mitra (dominio de su mente) adornos (virtudes alcanzadas). Imagen de artesano de Cascadas de Agua Azul, Chiapas.

Gobernante maya con mitra (dominio de su mente) adornos (virtudes alcanzadas). Imagen de artesano de Cascadas de Agua Azul, Chiapas.

Necesitamos del atributo positivo de la tierra encarnado en las ancas del toro (tenacidad); el atributo positivo del fuego en las garras del león (serenidad y dulzura de carácter); el del agua en el rostro humano (inteligencia); y el del aire en las alas de águila (la espiritualidad trascendente).

Generalmente, el éter o quinto elemento no se representa, ya que es la raíz de los cuatro elementos conocidos; podríamos decir que la tierra es éter en estado pétreo, el agua es éter en estado acuoso, el aire es éter en estado gaseoso y el fuego es éter en estado ígneo.

Los Cinco Aspectos de la Madre Divina

Vitral de la Virgen símbolo de la Madre Divina. Catedral de Puebla, México.

Vitral de la Virgen símbolo de la Madre Divina. Catedral de Puebla, México.

«Heve, es el desdoblamiento de Iod, la Divina Esposa de Shiva, nuestra Madre Kundalini individual, la Vaca Sagrada de las cinco patas, el misterio esotérico de la Pentalfa». (Samael Aun Weor. Las Tres Montañas).

El Pentagrama Esotérico reúne los cinco aspectos de la Madre Divina, por lo que su estudio nos lleva al conocimiento del Eterno Femenino Divinal; sus virtudes y los desdoblamientos que tiene para ayudarnos en nuestra misión y vida.

La Divina Madre interior tiene el poder de guiarnos en todos los aspectos de nuestra existencia; en ocasiones, como estudiantes gnósticos, nos sentimos solos, porque arriba, en las dimensiones superiores del cosmos, no somos admitidos, porque no lo merecemos; y abajo, en el mundo tridimensional, tampoco somos bien recibidos, al no comulgar con los amigos borrachos, adúlteros, chismosos, etc., porque nos rebelamos contra esos defectos.

Total que nos sentimos solos, como quien anda en un desierto; sin embargo, no tenemos por qué sentirnos así, ya que tenemos a alguien que está lista para consolarnos, reconfortarnos, guiarnos, protegerlos, curarnos, etc., y es ella, la madre adorable, la Divina Madre interior.

Asombrosamente, la Madre Divina tiene cinco aspectos, a los cuales podemos acudir, esto es semejante a los aspectos que tiene una mujer, ya que puede existir como una hija, hermana, amiga, madre, esposa, etc.; la Madre Divina con el fin de ayudarnos aún más, se manifiesta en cinco aspectos diferentes que tenemos que conocer y trabajar con ellos.

La Madre Divina no manifestada

“La Abuela” (cultura olmeca) la madre cósmica, origen de todo lo existente. La Venta, Tabasco, México.

“La Abuela” (cultura olmeca) la madre cósmica, origen de todo lo existente. La Venta, Tabasco, México.

Es importante que aprendamos a ver los distintos aspectos de la Madre Divina en la naturaleza, en el espacio infinito, en todo lo existente y al mismo tiempo dentro de sí mismos.

El origen de todo lo creado lo encontraremos en la Madre Divina, en su aspecto de caos primordial de las aguas genésicas del primer instante. En ella se encuentran los gérmenes o semillas de todo lo existente; incluyendo soles, mundos, sistemas solares y galaxias enteras.

Entre las divinidades egipcias femeninas nos encontramos con Nuit, la diosa madre celeste, simbolizada como una mujer en la posición de la bóveda celeste; con su cuerpo lleno de estrellas.

En la India milenaria está la diosa Mulaprakriti; de Mula (raíz o fundamento) y Prakriti (la gran madre), y es la raíz primordial de todo lo que es, ha sido y será. Si bien está como raíz del mismo universo, es insólito saber que cada uno de nosotros tiene ese aspecto no manifestado, indefinido, incognoscible.

La Madre Divina como sabiduría, amor y poder

Padre, Hijo y Espíritu Santo entregan sus atributos de sabiduría, amor y poder a la Madre Divina. Catedral de Puebla, México.

Padre, Hijo y Espíritu Santo entregan sus atributos de sabiduría, amor y poder a la Madre Divina. Catedral de Puebla, México.

El aspecto de la Madre Divina como sabiduría, amor y poder es el más conocido por la humanidad, por lo que no es difícil identificarlo. El aspecto femenino de la divinidad en la cultura egipcia sería Isis y entre los mexicas es Tonantzin (nuestra venerada madrecita).

La mayoría de las representaciones de la madre de Jesús simbolizan este aspecto de la Madre Divina interior particular.

Los atributos del segundo aspecto de nuestra Madre Divina son bastante importantes; el Padre es sabiduría, el Hijo o Cristo es amor y el Espíritu Santo es poder; y los tres Logos o tres fuerzas primarias de la creación le otorgan estos poderes a la Madre Divina.

Es extraordinario el que dentro de nosotros mismos tengamos madrecita divina particular a la cual se le puede pedir en cada momento de nuestra vida; ella nos guía, nos protege, trata de curarnos, de consolarnos y de ayudarnos.

La Madre Divina como amor y ley

La diosa Madre “La de falda de serpientes” Coatlicue, tercer aspecto de la Madre Divina. Foto: Luis Páez (Gnosis ICQ).

La diosa Madre “La de falda de serpientes” Coatlicue, tercer aspecto de la Madre Divina. Foto: Luis Páez (Gnosis ICQ).

Existe un aspecto de la Madre Divina, estudiado en varias culturas, que es muy interesante y hasta dramático, ya que en las infra dimensiones de la naturaleza también aparecen aspectos divinos femeninos.

Entre los griegos tenemos a Hécate como reina de los muertos; Proserpina la encontramos como esposa del rey del infierno conocido como Plutón; Coatlicue (La de falda de Serpientes) entre los mexicas o aztecas es la madre de los dioses, sin embargo, se le representa asociada a la muerte.

Estas simbologías nos desconciertan, pues parecerían todo lo contrario al segundo aspecto, donde sólo vemos bondad, amor, consuelo, etc. Sin embargo, nos hablan, en realidad, de un poder extraordinario que sólo la Madre Divina posee y es el de eliminar, desintegrar a los miles de defectos psicológicos que hemos creado.

Cuando nos referimos a este aspecto, suele asociarse a las palabras amor y ley. Si el segundo aspecto nos habla de misericordia, este nos habla de justicia, de ley y de rigor. Lo que debemos comprender es que la muerte de los defectos representada por las calaveras es lo que nos puede sacar del sufrimiento, y esta es la enseñanza primordial de este aspecto.

La Madre Natura Particular

La naturaleza es el cuerpo de la Madre Divina. Cascadas de Agua Azul, Chiapas, México.

La naturaleza es el cuerpo de la Madre Divina. Cascadas de Agua Azul, Chiapas, México.

Si aprendemos a contemplar la naturaleza entera, nos daremos cuenta de que es algo vivo, que no es algo inerte, sino que tiene alma propia; todo lo existente, cada árbol, montaña, río, nube, viento, etc., tienen vida.

Muy interesante es como nuestros antepasados de prácticamente todas las culturas vieron en un volcán, cerro o rio una entidad viviente.

Quienes logren despertar conciencia en las dimensiones superiores de la naturaleza, se podrán dar cuenta de que existe un ser divino femenino que rige todos los elementales o criaturas inocentes del agua, fuego, aire y tierra; lo asombroso es que su cuerpo es la naturaleza entera.

Si comprendemos ese aspecto anímico de la creación, no será difícil entender que dentro de nosotros existe una Madre natura Divina particular. Ella es la que junto a los ángeles de la vida dan origen y forma a nuestro cuerpo físico.

La Maga Instintiva

Templo a la Luna (una de las advocaciones a la Madre Divina) en zona arqueológica de Cempoala, Veracruz, México. Cultura Totonaca.

Templo a la Luna (una de las advocaciones a la Madre Divina) en zona arqueológica de Cempoala, Veracruz, México. Cultura Totonaca.

Tenemos un quinto aspecto, y es la Madre Divina como maga y creadora de nuestros instintos; nos quedamos asombrados de cómo los pájaros elaboran sus nidos con tanta perfección que inclusive los arquitectos e ingenieros sacarían buenas ideas de ese trabajo; y nos preguntamos ¿Quién les enseña? Indudablemente, lo traen por instinto, ya que el aspecto femenino de Dios les deposita todo lo que deben saber para ello.

De igual manera, nosotros tenemos variadas cosas que no necesitamos aprender, que alguien las deposita en nuestro interior antes de nacer, y afloran en forma espontánea y natural; como el instinto de conservación y el instinto maternal en la mujer. En el cuerpo tenemos, por ejemplo, todo el proceso de la digestión; algo tan complicado y preciso en lo cual nosotros no intervenimos para nada.

El quinto aspecto de nuestra Divina Madre es la creadora de todos nuestros instintos.

Oración a la Madre Divina

“La Virgen del Carmen fue la Madre del Divino Redentor del Mundo” (Samael Aun Weor). Iglesia del Carmen San Luis Potosí, México.

“La Virgen del Carmen fue la Madre del Divino Redentor del Mundo” (Samael Aun Weor). Iglesia del Carmen San Luis Potosí, México.

Con el fin de comprender mejor los cinco aspectos de nuestra Madre Divina, representados por el Pentagrama Esotérico, podemos estudiar una de las bellísimas oraciones dedicadas a la Madre Divina solicitando su ayuda, y entreviendo la majestad y poder del Eterno Principio Femenino Divinal.

«Orad y meditad así: Invocación

“Oh, Isis, Madre del cosmos, raíz del amor, tronco, capullo, hoja, flor y semilla de todo cuanto existe. A ti, fuerza naturalizante, te conjuramos, llamamos a la Reina del espacio y de la noche, y besando tus ojos amorosos, bebiendo el rocío de tus labios, respirando el dulce aroma de tu cuerpo, exclamamos: “Oh, Nuit, tú, Eterna Seidad del Cielo, que eres el alma primordial, que eres lo que fue y lo que será, a quien ningún mortal ha levantado el velo, cuando tú estés bajo las estrellas irradiantes del nocturno y profundo cielo del desierto, con pureza de corazón y en la flama de la serpiente te llamamos”. Orad y meditad intensamente. La Divina Madre enseña a sus hijos. Esta oración se debe hacer combinando la meditación con el sueño. Entonces como en visión de sueños surge la Iluminación. Llega la Divina Madre al devoto para instruirle en los grandes misterios». (Samael Aun Weor. Tratado Esotérico de Cábala).

Es una magnifica oración que jamás tendrá un límite para descifrarla, ya que contiene enseñanzas inagotables. Para darnos una idea de su grandeza, analicemos un poco cómo se llama a los distintos aspectos de la Madre Divina, incluso, hasta entremezclándolos.

Maat diosa de la verdad y la justicia, una de las representaciones de la madre Divina entre los egipcios. Hotel Real Plaza, S.L.P. México.

Maat diosa de la verdad y la justicia, una de las representaciones de la madre Divina entre los egipcios. Hotel Real Plaza, S.L.P. México.

Comencemos con: “Oh, Isis”. Este es el nombre de la Madre Divina entre los egipcios en su segundo aspecto de amor, sabiduría y poder; luego, de forma inmediata, se va la oración a la Madre como raíz de todo lo creado, es decir, a la madre no manifestada, cuando dice: “Madre del cosmos, raíz del amor, tronco, capullo, hoja, flor y semilla de todo cuanto existe”. Obviamente, habla del caos primordial donde se gesta el mismo universo.

Más adelante nos encontramos con la Madre naturaleza, quien también tiene su exponente en el cuarto aspecto de nuestra Madre Natura Particular en la siguiente parte: “A ti, fuerza naturalizante, te conjuramos”. la palabra conjurar aquí se traduce como llamar, invocar.

En la siguiente parte: “llamamos a la Reina del espacio y de la noche”, Allí aludimos a dos aspectos, y es que la “reina del espacio” es la Madre Cósmica, la no manifiesta; luego, al decir “de la noche”, nos referimos al cuarto aspecto, a nuestra Madre muerte; es en ese aspecto que tiene la capacidad de eliminar nuestros defectos psicológicos.

Viene luego una parte muy interesante, ya que se relaciona con la espiritualidad que debería existir en la fuerza creadora, es decir, el sabio uso del instinto sexual: “y besando tus ojos amorosos, bebiendo el rocío de tus labios, respirando el dulce aroma de tu cuerpo”. Lo anterior, alude al quinto aspecto de nuestra Madre Divina como Maga Instintiva.

Tlazolteotl, diosa de los partos, Museo de Antropología de Xalapa, México.

Tlazolteotl, diosa de los partos, Museo de Antropología de Xalapa, México.

Continuando con esta mágica oración que dice: “Oh, Nuit”. Este es el nombre de la diosa egipcia, la madre divina como espacio estrellado y la madre de Osiris e Isis. Por otra parte, en: “Tu eterna Seidad del cielo”; allí el término “seidad” se refiere al todo único que no puede definirse; lo no manifiesto, lo inconmensurable, no se confunda con “deidad”.

Es claro que la esencia de todo lo creado es la Madre Divina cuando se afirma: “Que eres el alma primordial”. En el mundo oriental hay un término para denominar a la potencia vital de todo lo existente; se le llama “Sakti”, y resulta que es también una forma de denominar a la Madre Divina, y eso no es casualidad, pues es el origen y esencia de todo lo creado.

“Que eres lo que fue y lo que será”. De Esta frase se deduce que desde que se dio origen al universo ella existe, y todo lo que llegue a existir tiene su origen en la Madre Divina.

“A quien ningún mortal ha levantado el velo”. Bellísima frase que está llena de extraordinarios conocimientos, ya que la Madre Divina tiene en su poder entregarnos todos los secretos de la naturaleza entera, pero exige del discípulo el dominio total de sí mismo, la eliminación de sus defectos psicológicos y el control absoluto de su energía creadora.

Mater Amabilis, madre amable, alegorizando los poderes de la Madre Divina. Catedral de San Luis Potosí, México.

Mater Amabilis, madre amable, alegorizando los poderes de la Madre Divina. Catedral de San Luis Potosí, México.

En la siguiente frase: “Cuando tú estés bajo las estrellas irradiantes del nocturno y profundo cielo del desierto”. Allí se nos indica la forma en que debemos invocarla, llamarla, adorarla, etc. Las estrellas irradiantes son las distintas partes del Ser tratando de auxiliarnos en todo momento.

Sin embargo, se requiere del silencio absoluto de la mente (la noche) para realmente tener contacto con ella. Con respecto al desierto, este trata de dar a entender que es indispensable alejarnos del mundanal bullicio, de los deseos, apetencias y materialismo vano.

Y nos confirma, en la última parte, el estado interior psicológico adecuado que nos exige la Madre Divina para ser escuchados: “Con pureza de corazón y en la flama de la serpiente te llamamos”. La pureza de corazón quiere decir que seamos muy sinceros en nuestras peticiones, que no existe algún interés oculto de alguno de nuestros agregados psíquicos; como la codicia, la envidia, la lujuria, etc. La “flama de la serpiente” nos simboliza al aspecto de la Madre Divina como fuego sagrado que debemos procurar despertar.

Los cinco auxiliares, las cinco impresiones y los cinco árboles

Estrella de cinco puntas de la Zona Arqueológica de Xochicalco, Morelos, México.

Estrella de cinco puntas de la Zona Arqueológica de Xochicalco, Morelos, México.

En el Pentagrama Esotérico están representados aspectos muy importantes para el trabajo que se debe realizar en el desarrollo espiritual; sin duda alguna, somos miserables gusanos del lodo del mundo condenados a la pena de vivir, somos espantosamente débiles y necesitamos el auxilio de las potencias divinales para lograrlo. Afortunadamente, existen fuerzas espirituales dispuestas a colaborarnos; tanto ángeles o maestros iluminados como partes espirituales del ser humano, que se encuentran en nuestro interior y que, lamentablemente, desconocemos.

El Pentagrama Esotérico representa a los Cinco Auxiliares que son cinco ángeles, y al mismo tiempo, dentro de nosotros, existen cinco desdoblamientos de nuestro espíritu; ambos llevan el mismo nombre, y están dedicados a auxiliar al estudiante gnóstico sincero que busca eliminar sus imperfecciones.

«Los Cinco Guías son los Cinco Auxiliares dentro de nosotros mismos aquí y ahora». «Así como existen Cinco Auxiliares en el Sistema Solar: Gabriel, Raphael, Uriel, Michael, Samael; así también, dentro del Micro- Cosmos hombre existen Cinco Auxiliares, cinco partes autónomas e independientes del Ser». «Los Cinco Auxiliares Íntimos guían al Iniciado bajo la dirección suprema del Padre». (Samael Aun Weor. Pistis Sophia).

El Pistis Sophia, libro encontrado en el subsuelo egipcio, recoge la enseñanza que el maestro Jesús dejó a sus discípulos once años después de su resurrección; allí se nos habla de las cinco impresiones de la gran luz o estrella flamígera, que a su vez simboliza el verbo o Cristo Íntimo.

«Las Cinco Impresiones de la Gran Luz se hallan representadas en el Pentagrama Esotérico». (Samael Aun Weor. Pistis Sophia).

El arcano cinco del tarot simboliza la ley del karma, por lo que no es de extrañarse que el Pentagrama Esotérico también represente esta gran ley cósmica a la que estamos sujetos todos los seres humanos. La ley de causa y efecto está dirigida por seres divinos; el máximo jerarca de la ley del karma se llama Anubis, y junto a sus 42 jueces, todos maestros iluminados, dirige todos sus aspectos.

La ley del karma está gobernada, como es obvio, por cinco ordenes; representadas con los cinco árboles que menciona el maestro Jesús en el Pistis Sophia, que a su vez están simbolizados por el Pentagrama Esotérico.

«Los Cinco Árboles son los prodigios, los hechizos, los jinas, los poderes más ocultos, la Ley, el Karma, las Ordenes de los señores de la Ley.» (Samael Aun Weor. Pistis Sophia). 

El Señor de las Limas sostiene en sus manos un niño jaguar, símbolo del Cristo íntimo, el verbo divino o Pentagrama o las cinco impresiones de la Gran Luz del Pistis Sophia. Museo de Antropología de Xalapa, México.

El Señor de las Limas sostiene en sus manos un niño jaguar, símbolo del Cristo íntimo, el verbo divino o Pentagrama o las cinco impresiones de la Gran Luz del Pistis Sophia. Museo de Antropología de Xalapa, México.

 


Videoconferencia

5. La Magia del Cinco

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